Cuatro temas para 2017
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Rodrigo Aravena
El crecimiento de 1,5% (o incluso menos) que habría tenido la economía chilena el año pasado nos deja un sabor amargo. No sólo porque estamos creciendo la mitad de nuestro potencial, sino también porque tuvimos el peor trienio desde mediados de los años 80, pese a la aplicación de políticas expansivas especialmente en el frente fiscal.
Sin embargo, hay un amplio consenso en que 2016 habría sido el peor año de este ciclo y que comenzaremos a observar una recuperación gradual desde este año. Una muestra de ello es que en la última encuesta de expectativas del Banco Central más de un 90% de los analistas espera un mayor dinamismo en 2017.
Aunque también es útil mencionar que justo un año atrás pensábamos que estábamos en la parte baja del ciclo y ad portas de una recuperación. ¿Estaremos repitiendo la misma historia? Creo que la respuesta a esta pregunta dependerá, principalmente, de la evolución que presenten los siguientes cuatro grandes temas durante este año:
Primero, el patrón de ajuste de la economía estadounidense. Si bien sabemos que el programa del presidente Trump considera una fuerte expansión fiscal, basada en gastos en infraestructura y recortes de impuestos, hay grandes interrogantes en cuanto al impulso real que tendrá sobre el crecimiento. Dado que existe un sesgo más inflacionario, la Reserva Federal ha sido bastante explícita en su intención de seguir subiendo las tasas, lo cual podría frenar parte de la aceleración en la actividad. Otra interrogante se relaciona con el apoyo que el plan fiscal recibirá en el Congreso, dadas las dudas sobre el aumento en los déficit los últimos años. Si bien existe un amplio consenso en que EEUU tendría un mejor desempeño este año, estos y otros factores podrían generar revisiones a la baja en las estimaciones.
Un segundo elemento es el rol que tendrá Europa en el comercio internacional, luego de los riesgos que factores como el Brexit y la intensa agenda de elecciones presidenciales –principalmente en Francia- puedan presionar hacia políticas más proteccionistas, en desmedro del comercio global. En este sentido, es importante destacar que la recuperación que pueda tener Chile este año obedece, en gran medida, a mejores expectativas de crecimiento externo, por lo que los ajustes en EEUU y en Europa cobran más importancia que lo habitual.
En tercer lugar, creo que es muy importante el potencial ajuste que tendrá el mercado laboral en Chile, que ha sido una de las grandes interrogantes los últimos años. Son muchas las hipótesis que surgen al tener un crecimiento cayendo a menos de la mitad y una tasa de desempleo prácticamente inalterada. Algunos sugieren que el deterioro del empleo es sólo cosa temporal (altamente ligada al debilitamiento de la construcción), mientras que otros piensan que la calidad del empleo por cuenta propia es mejor que en el pasado y por ende no existirá gran impacto en el futuro. De esta manera, si bien es esperable un alza moderada en el desempleo, aún persisten muchas dudas sobre el impacto final en el consumo y por ende en el crecimiento local.
Finalmente, un cuarto elemento dice relación con los focos de la discusión local y la atención que exista sobre el crecimiento económico. Tenemos razones suficientes para atribuir (al menos en parte) el deterioro en los niveles de confianza e inversión a la incertidumbre de los efectos que diversas discusiones y reformas tienen en el crecimiento de largo plazo. Sólo basta mirar los resultados del informe de percepciones de negocios del Banco Central, donde estos temas se han destacado como una de las razones del deterioro en la confianza. De esta manera, será fundamental preguntarnos cómo el país podrá afrontar discusiones, como los cambios al sistema de pensiones y las reducciones de déficit fiscal, entre tantos otros, poniendo el crecimiento económico y las discusiones técnicas en el centro del debate.